En un primer momento, cuando comenzamos una relación con otra persona, tenemos unas expectativas sobre lo que esta nos va a aportar. Con el paso del tiempo, estas expectativas pueden ir cayendo e incluso nos podemos ir dando cuenta de que lo más sano para nosotros sería alejarnos de la misma. Sin embargo, este proceso es doloroso, ya que supone distanciarnos de todo aquello con lo que habíamos soñado. En ocasiones, son frecuentes las “idas y venidas” o las “segundas oportunidades” con el deseo de que se produzca un cambio en la relación, pero no podemos estar intentando constantemente que algo funcione si esta relación nos hace sufrir. A veces, en lo más profundo de nosotros sabemos que lo mejor es cerrar este círculo de forma definitiva, aunque quizás no sepamos como hacerlo o no nos veamos del todo capaces de llevarlo a cabo. Si nos encontramos en este proceso de ruptura de pareja, dejamos algunas recomendaciones que os pueden ayudar:
1) CONTACTO CERO (POR LO MENOS POR UN TIEMPO)
Es probable que este paso nos cueste mucho, ya que siempre habrá algo que nos lleve a pensar que se puede intentar de nuevo. Se trata de una “adicción emocional”, ya que el vacío que nos produce estar sin esa relación nos lleva a buscar de nuevo aquello que nos hacía sentir bien y, por ende, a dar una nueva oportunidad a la misma. Es decir, preferimos estar en esta relación, aunque nos haga daño, que estar sin ella a pesar de todo. Establecer el contacto cero con la otra persona nos va a permitir alejarnos de cualquier estímulo que nos pueda recordar a ella. Evitando, de este modo, el sufrimiento relacionado con la ruptura de esa relación.
Eliminar su número de contacto, borrar sus perfiles de redes sociales o evitar frecuentar lugares a los que se acudía de forma conjunta pueden ser algunos de los pasos que nos pueden servir de ayudar para establecer este límite. Una posible advertencia es que, en ocasiones, es posible que nuestra parte más emocional aparezca y sintamos la necesidad de saltarnos esta medida. Cuando estos momentos de dudas nos invadan, podría ser conveniente plantearnos los beneficios que hemos obtenido hasta el momento con la presencia de este límite. Con el fin de reflexionar cómo nos puede estar ayudando, reforzando, de este modo, la importancia de seguir manteniendo este contacto cero.
2) ESCRIBIR UNA ÚLTIMA CARTA DE DESPEDIDA
Puede ser que en estos momentos necesitemos expresar o “poner palabras” a nuestro dolor. Por ello, escribir una carta en la que podamos exteriorizar y relatar todo aquello que sentimos puede ser útil para sacar de dentro de nosotros todos esos sentimientos que tenemos guardados. Eso sí, si nuestro primer impulso es dársela a la otra persona, tendremos que reflexionar sobre cuál sería la finalidad que tiene esta acción para nosotros. Si es la de volver a retomar el contacto, como decíamos con anterioridad, quizá esto no sea una ayuda para nuestro proceso.
3) HACER PLANES CON NOSOTROS MISMOS
Este momento es una buena ocasión para reencontrarnos con nosotros mismos. Hacer planes que nos gustan, que nos hagan pasar buenos momentos, disfrutando sin la presencia de la otra persona nos va a permitir comprender que no necesitamos a nadie más para poder estar bien. Dedicar tiempo a otras áreas que teníamos descuidadas o proponernos nuevas metas y retos para conseguir una nueva versión de nosotros mismos puede ser de gran ayuda para reorientar y dotar de significado esta nueva etapa de nuestras vidas.
4) APOYARNOS EN OTRAS PERSONAS
Tener otros pilares donde apoyarnos es fundamental y todavía lo es más si nuestro único apoyo exclusivamente lo buscábamos en esa persona. Refugiarnos en familiares, amigos, compañeros…puede resultar muy fructífero para darnos cuenta de la importancia que también presentan otros vínculos y otras personas que nos rodean.
Además, este momento puede ser una buena oportunidad para descubrir a otras personas a las que quizás todavía no les habíamos dedicado el tiempo suficiente, ya que no habíamos tenido o habíamos aplazado momentos para ello.
5) DARNOS LUGAR PARA VIVIR ESTE DUELO
Finalmente, no nos debemos olvidar de que una ruptura supone una pérdida de un vínculo, y como decíamos con anterioridad, también la de unas expectativas e ideas, por lo que, como toda pérdida, conlleva un duelo. Dentro de este duelo, que pude durar más o menos tiempo, dependiendo de cada persona y de sus circunstancias, nos debemos dar lugar para pasar por cada una de las etapas que lo componen, pues la evitación de este duelo todavía nos puede causar más dolor. Solo permitiéndonos sentirlo, podremos obtener una nueva versión de nosotros mismos, creciendo y desarrollando todo nuestro potencial. No cabe duda de que es un proceso difícil, pero del cual, podremos salir muy fortalecidos y con una maleta cargada de nuevos aprendizajes de nosotros mismos y de las relaciones futuras que queremos que formen parte de nuestras vidas.
Si te encuentras en un proceso de ruptura de pareja y estás teniendo dificultades, puedes contar con ayuda profesional, en KUNAP estaremos dispuestos a ayudarte.