948 104 461 info@kunap.com

Estos últimos años, en los cuales hemos vivido en medio de una pandemia, nos han enseñado la importancia que tiene el poder aceptar el cambio y saber adaptarse al mismo. Ser capaz de adaptarse a las diferentes situaciones que se nos presenten es una herramienta que puede ser de gran utilidad a lo largo de nuestra vida. La vida está llena de sorpresas, algunas que nos van a agradar y otras no tanto. Es por eso que nos conviene aprender a desarrollar esta herramienta, pero teniendo en cuenta que eso no significa conformarse con la situación.

¿Estamos tomando una posición de conformidad?

En muchas ocasiones pensamos que al “aceptar el cambio” estamos tomando una posición de conformidad ante la situación y por ende no tomamos acción en cuanto a la misma. Sin embargo, aceptar el cambio es todo lo contrario, ya que al momento que lo hacemos estamos dando el primer paso para salir de la situación actual en la que nos encontramos. Es el primer paso que debemos dar para darnos cuenta cómo debemos adaptarnos para poder empezar a cumplir nuestras metas, ya sea cambiando pensamientos, comportamientos, hábitos, relaciones, etc.

Se nos hace difícil hacer esto, especialmente porque nos genera incomodidad. Un claro ejemplo es cuando nos proponemos hacer un plan de ejercicio estricto o una dieta de comida. Al hacer este tipo de cambios estamos saliendo de nuestra zona de confort, y por ende generando cierto malestar en nosotros mismos. Cuando aceptamos el cambio, estamos saliendo de ese lugar al que conocemos 100% y que nos da una sensación de seguridad y comodidad. También nos puede dar un poco de pereza tener que empezar a explorar y conocer este nuevo camino o situación a la que nos lleva el cambio.

Podemos verlo desde una perspectiva diferente

Resistirse al cambio es una tendencia evolutiva ya que lo conocido nos da una mayor sensación de seguridad y por ende más posibilidades de supervivencia. Las personas podemos manifestar esa resistencia al cambio de diferentes maneras como por ejemplo aferrándonos a personas tóxicas, a malos hábitos, procrastinando, autosaboteandonos, etc.

La razón principal por la cuál nos resistimos al cambio es porque tenemos miedo de lo desconocido. Tenemos miedo a no saber qué va a pasar si las cosas como las conocemos cambian. Esto nos genera una sensación de incertidumbre y nos hace dudar si vamos a tener el poder de control sobre la situación. Los seres humanos tenemos la tendencia a querer sentirnos en control de lo que nos sucede, aunque no podemos controlar todo, nos gusta pensar que lo podemos hacer en su gran mayoría. Es por eso que evitamos aceptar el cambio y evitamos sentirnos con miedo, malestar e incertidumbre.

También puede haber un rechazo al cambio cuando tenemos un vínculo emocional con alguna persona, lugar, cosa, etc. En este caso rechazamos el cambio porque al aceptarlo tendríamos que pasar por algo similar a un duelo, ya que estaríamos despidiéndonos de esa parte importante de nuestra vida. Un ejemplo podría ser cuando nos quedamos en una relación de pareja vacía simplemente por el hecho de haber pasado muchos años con la misma, nos aferramos a amistades tóxicas que han perdurado en el tiempo, mantenemos comportamientos o hábitos que en su momento eran útiles pero ya no, etc.

Es mas o menos como las estaciones. Los árboles van cambiando sus hojas de acuerdo a la estación en la que se encuentren. Cambian tanto su color, como su textura y su posición. Podemos ver como se van adaptando de acuerdo a las situaciones que se van presentando a su alrededor. Nosotros tenemos que hacer lo mismo.

La vía más fácil

La vía más fácil puede ser quedarse en lo conocido y rechazar el cambio, pero varias veces evitamos cambios que a largo plazo pueden tener muchos más beneficios para nosotros y pueden ayudarnos a salir de ese lugar o de esos hábitos tóxicos en los que nos encontramos. También es importante saber que al aceptar el cambio y adaptarse a las nuevas condiciones nos ayuda a crecer como personas.

Es por eso que tenemos que empezar por aceptar esa incomodidad y malestar que nos genera el cambio, para así poder llegar a la aceptación y por ende adaptarnos de una manera adecuada. El malestar que conlleva este proceso es pasajera, y generalmente la sensación posterior a este es mucho mejor que la anterior.

Si sientes que estás resistiéndote al cambio, y quieres aprender a aceptar y adaptarte al mismo, en KUNAP podemos ayudarte. Puedes ponerte en contacto con nosotros en nuestro apartado de contacto, estaremos encantados de poder ayudarte.