948 104 461 info@kunap.com

El poder decir que no, es una habilidad que toma tiempo aprender. Hay que ponerla en práctica al igual que cualquier hábito que queramos incorporar en nuestro día a día. Al inicio puede sentirse extraño decir que no, si no estamos acostumbrados a hacerlo, y los demás también pueden verse confundidos por este cambio. El decir que sí en realidad nos permite tener una mentalidad más abierta y flexible en todas las dimensiones de la vida. El problema con esto aparece cuando lo estamos haciendo simplemente para agradar a los demás, o por pensar que les vamos a lastimar si decimos que no. Estaríamos tomando la decisión de decir que “sí” en base a las necesidades y prioridades de alguien más y no de las nuestras. Es por eso que decir que “no” cuando no te apetece, es uno de los actos más grandes de amor propio.

Intereses y necesidades de los demás

Hoy en día es muy común que pongamos los intereses y las necesidades de los demás por encima de las nuestras, ya sea porque queremos que los demás nos quieran o porque tenemos la creencia y autoexigencia de tener que salvar al resto antes que a nosotros mismos. De igual manera, algunas personas pueden pensar que al poner límites están siendo egoístas o egocentristas, cuando en realidad no es así. El poder poner límites es necesario para poder establecer relaciones sanas con los demás y con uno mismo.

Decir «si» es el camino fácil

También el decir “si” es un camino fácil para nosotros debido a que es una postura cómoda en la cuál no debemos cuestionarnos nada. No queremos cuestionar nuestras propias necesidades o intereses por lo que preferimos concordar con la otra persona y así evitar pasar por este proceso. Por esta razón, cuando accedemos a todo y no sabemos poner límites claros en base a nuestras necesidades, estamos en cierto modo olvidándonos de nuestro valor y de nuestro autocuidado. No sólo estamos dejándonos a nosotros mismos a un lado, también estamos invirtiendo nuestra energía y tiempo en actividades que no disfrutamos o incluso que nos generan un cierto grado de malestar. Por otro lado, al poner las necesidades de los demás como prioridad, y tratar de siempre decir que sí, estamos cargándonos a nosotros mismos con exigencias que no son nuestras y presionándonos a cumplir con todo lo que se nos pide. Esto nos puede generar más ansiedad o estrés y por lo tanto llevarnos a sentirnos incómodos y tener una experiencia negativa. Es importante que no le quitemos valor o importancia a aquello que necesitamos y que es importante para nosotros.

Diferentes tipos de límites

Podemos hablar sobre diferentes tipos de límites: difusos, rígidos y claros. Los límites difusos se ven en relaciones donde prácticamente no hay ningún tipo de límites, y en caso de que los haya, estos no se cumplen. Si tenemos este tipo de límites, es muy probable que tengamos un exceso de comunicación y sentido de pertenencia, generando así dependencia y falta de autonomía en nosotros mismos. Por otro lado, los límites rígidos están muy marcados, lo que permite que las personas sean independientes y que haya crecimiento personal. Sin embargo, puede ser disfuncional ya que nos limita mucho en el ámbito social y el contacto afectivo. Se puede ver que las personas con este tipo de límites, tienen un nivel bajo de demandas de compromiso y lealtad, no exigen la intimidad en sus relaciones de pareja, e interactúan de manera paralela con el resto de personas. El tercer tipo de límites son los límites claros. Estos son los más funcionales debido a que hay una buena comunicación pero también diferenciación y autonomía. Las personas con este tipo de límites saben cuando es posible negociar esa necesidad/interés y cuando no es posible hacerlo. Son flexibles en ciertas situaciones, pero también saben cuando es más importante autocuidarse y mantener ese límite.

Sentimiento de culpa al decir «no»

Un tema importante a mencionar, es que en ciertas ocasiones cuando decimos que no puede aparecer en nosotros un sentimiento de culpa, ya que no estamos acostumbrados a hacerlo. No te preocupes, eso es completamente normal. Sin embargo, es importante saber gestionar esa culpa y pensar que no estamos siendo objetivos. Es bueno poder recordar que por más que ese “no” no es la respuesta que los demás quieren escuchar, seguramente es lo que nos viene mejor a nosotros y a nuestro autocuidado. Nos puede ayudar a gestionar esta culpa el decirnos en voz alta “me valoro, me quiero y por eso me cuido”. Así podremos recordar que no estamos poniendo límites porque queremos lastimar a los demás, sino porque queremos empezar a cuidarnos a nosotros mismos.

Estas son algunas cosas que puedes hacer o pensar cuando no sabes cómo establecer un límite:
  • Reflexiona: ¿Qué es lo que necesito yo? ¿Qué es importante para mi y que no? ¿Cuáles son mis valores? ¿Qué es lo que necesita la otra persona? ¿Si cubro mis necesidades primero, podré ayudar a los demás de una manera más sana?
  • Valora: Recuerda cuales son tus prioridades y valora tus necesidades. Una gran parte de sentirnos bien está en nosotros, empieza a darte tu lugar y a cuidarte.
  • Comunica: Marca el límite de una manera clara y asertiva, sin ponerte en una actitud pasiva ni agresiva.
  • Acepta: A veces nos puede generar un poco de incomodidad enfrentarnos a situaciones donde decimos que no, pero es importante aceptar ese malestar y ser consciente de que la reacción de los demás no es culpa nuestra.
  • Orgulloso: Siéntete orgulloso de haber podido establecer un límite claro que te ayudará a relacionarte mejor con los demás y al mismo tiempo cuidarte y valorarte a ti mismo.

Los límites nos ayudan a tener relaciones interpersonales sanas y duraderas, pero también nos ayudan a sentirnos mejor con nosotros mismos. Si hacemos las cosas que van acorde a nuestras necesidades, valores e intereses, es más probable que al hacerlas nos sintamos mejor. Con estos conceptos en mente, esperamos que sea más fácil entender la importancia de saber poner límites claros para así cuidarnos, valorarnos y vivir más sanamente.

¿No sabes cómo establecer un límite? ¿Sientes que no te estás cuidando y valorando tus necesidades? ¿Tienes problemas interpersonales por siempre acceder a las demandas de los demás? ¿Sientes que tus límites son muy rígidos y quisieras poder conectar un poco más en tus relaciones sociales?

En KUNAP podemos ayudarte, puedes ponerte en contacto con nosotros en nuestro apartado de contacto, estaremos encantados de poder ayudarte.