En publicaciones anteriores se explicaron los diferentes grados de esguinces de tobillo que existen y que la fisioterapia es fundamental para disminuir la inflamación y dolor y para restaurar la estabilidad, movilidad y funcionalidad del tobillo. Una de las herramientas más interesantes con las que cuenta la fisioterapia en estos casos es el ejercicio terapéutico.
¿Por qué se debe incluir ejercicio en la recuperación de un esguince?
El ejercicio terapéutico guiado y supervisado por un fisioterapeuta desempeña un papel crucial en el proceso de recuperación por varias razones:
- Para promover la cicatrización de los ligamentos: mediante el ejercicio se consigue estimular el flujo sanguíneo hacia la zona afectada, acelerando así la cicatrización y reduciendo la inflamación.
- Para restaurar la movilidad: el esguince de tobillo cursa con una inflamación que a menudo limita la amplitud de movimiento y causa rigidez. Sin embargo, mediante ejercicio se trabaja para recuperar esta movilidad en la mayor brevedad posible.
- Para restablecer la fuerza y la estabilidad: el ejercicio ayuda a ganar fuerza en los músculos de alrededor de la articulación, mejorando la estabilidad de tobillo y, por consiguiente, reduciendo el riesgo de futuras lesiones.
- Para reducir el dolor.
- Para recuperar la funcionalidad del tobillo: esto es un aspecto esencial para que la persona pueda volver a sus actividades diarias, deportes y ejercicio físico sin limitaciones.
- Para prevenir recaídas: es importante tener en cuenta que el ejercicio terapéutico no solo trata la lesión actual, sino que ayuda a prevenir futuros esguinces, ya que busca mejorar el equilibrio, fuerza, propiocepción, coordinación y reflejos.
Es importante que el ejercicio terapéutico sea guiado por un profesional que individualice el tipo e intensidad de los ejercicios según el grado de lesión y las necesidades de la persona. Si estás buscando un fisioterapeuta que te ayude en este proceso ponte en contacto con nosotros.