Entrenamos, nos esforzamos, cuidamos la alimentación, nos compramos la mejor equipación, seguimos entrenando,… Pero no siempre conseguimos nuestros objetivos. ¿Y si el problema no está en la parte física sino en nuestra fuerza mental?
La psicología deportiva busca que los deportistas exploten todo su potencial teniendo en cuenta las aptitudes de cada uno.
Aunque rodearte de los mejores profesionales hará que alcances todo tu potencial en el menor tiempo posible, hay muchas cosas que podéis hacer vosotros solos. ¡Aquí van algunos consejos sobre cómo planificar bien vuestros objetivos!
Aquello que queremos conseguir se denomina objetivo. Es un concepto sencillo de entender, sin embargo, planificarlos no es tan fácil. Las personas solemos cometer errores similares en esta tarea. Por ejemplo: tendemos a planificar objetivos muy a largo plazo que parece que nunca se alcanzarán, o que no se ajustan a nuestras capacidades y necesidades.
- Es importante entender que la planificación precede a la acción, y que ésta la hace más eficaz, pero no la sustituye.
- El primer paso es decidir cual es el objetivo final o último y dividir dicho objetivo en pequeños pasos intermedios.
- La clave es ir consiguiendo los objetivos pequeños en los entrenamientos y competiciones, para ir llegando poco a poco al objetivo final.
- Dichos objetivos deben cumplir las cualidades “SMART”.
- S: “ Specific”- Específico
- M: “ Mesurable”- Medible
- A: “Achieve”- Alcanzable
- R: “Realistic”- Realista
- T: “Timing”- Temporizado
- S- Especifico: Un objetivo que no sea generalista y amplio. Que sea preciso, concreto, que se comprenda, pragmático, identificable y característico…
- M- Medible: Lo ideal es poder medir el objetivo para que sea más específico, lo que permite darle una forma más concreta y descriptiva, y así mayor claridad. Poder medir aquello que queremos conseguir nos permite comprender mejor qué queremos.
- A- Alcanzable: El objetivo tiene que adaptarse a tus características, al tiempo que dedicas a entrenar y competir, a tus hábitos, a tus creencias, aptitudes y tus capacidades y habilidades.
- R- Realista: que un objetivo deba ser realista no quiere decir que debas renunciar a desafíos. Realista no supone imponerse límites. Si tu objetivo no es realista, no te lo llegaras a creer y perderás la motivación para alcanzarlo. Por otra parte, un objetivo irealista o demasiado ambicioso, podría llevar a la frustración y a tener pensamientos negativos.
- T- Temporizado: El objetivo al igual que el plan de acción tiene que prever un conjunto de plazos. Las etapas tienen que incluir una fecha de inicio y de cierre y seguir un orden secuencial. Y al igual que el objetivo, debe quedar por escrito de forma que se plasmen en el papel los plazos marcados.
Recordad que podéis consultarnos todas vuestras dudas, o poneros en contacto con nosotros si tenéis ganas de profundizar en esta u otras técnicas psicológicas que mejorarán vuestro rendimiento. Si os ha gustado este consejo, ¡compartidlo! La semana que viene os explicaremos como controlar la ansiedad pre-competitiva.